Fragmentos literarios relacionados con el mundo de los sueños
¿Será verdad que cuando toca el sueño
con sus dedos de rosa nuestros ojos,
de la cárcel que habita huye el espíritu
en vuelo presuroso?
¿Será verdad que huésped de las nieblas,
de la brisa nocturna al tenue soplo
alado sube a la región vacía
a encontrarse con otros?
¿Y allí desnudo de la humana forma,
allí los lazos terrenales rotos,
breves horas habita de la idea
el mundo silencioso?
¿Y ríe y llora, y aborrece y ama
y guarda un rastro del dolor y el gozo,
semejante al que deja cuando cruza
el cielo un meteoro?
Yo no sé si ese mundo de visiones
vive fuera o va dentro de nosotros;
lo que sé es que conozco a muchas gentes
a quienes no conozco.
Una vez Chuang-Tse soñó que era una mariposa, y volaba alegremente por todas partes, feliz, siguiendo sus caprichos, ajeno al hecho de ser Chuang.Tse. De repente, despertó y vió sorprendido que era Chuang-Tse. Entonces no supo decir si él era Chuang-Tse soñando ser una mariposa, o una mariposa soñando ser Chuang-Tse.
...Sean ellos lo que fueren, no hay duda de que sus extrañas transformaciones y su naturaleza frágil y liviana tiene que darnos que pensar. ¿No es cierto que todo sueño, aun el más confuso, es una visión extraordinaria que, incluso sin pensar que nos lo haya podido mandar Dios, podemos verla como una gran desgarrón que se abre en el misterioso velo que, con mil pliegues, cubre nuestro interior? En los libros más sabios se encuentran incontables historias de sueños que han tenido hombres dignos de crédito...
...Pero, aun dejando aparte estas historias, imaginad que por primera vez en vuestra vida tuvierais un sueño. ¿No es verdad que os maravillaríais y que no permitiríais que se discutiera lo extraordinario de un acontecimiento que para los demás es una cosa cotidiana? A mí el sueño se me antoja como algo que nos defiende de la monotonía y de la rutina de la vida; una libre expansión de la fantasía encadenada, que se divierte barajando las imágenes de la vida ordinaria e interrumpiendo la continua seriedad del hombre adulto con un divertido juego de niños. Seguro que sin sueños envejeceríamos antes. Por esto, aunque no los veamos como algo que nos llega directamente del Cielo, bien podemos ver el sueño como un don divino, como un amable compañero en nuestra peregrinación por la vida.
* "Comunicación telefónica con el mundo de los sueños", de Gustav Meyrink
* "La codicia", de Samael Aun Weor
* "El Jardín del Profeta", de G. Khalil Gibran
* "Kubla Khan o la visión de un sueño", de Samuel Taylor Coleridge
* "Los dos anillos". Cuento tibetano.
* "El sueño de Akinosuké" de Lafcadio Hearn
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