Texto enviado por Matías Cecchetti
Existe una leyenda proveniente de los
indígenas lakotas de origen sioux que reza así:
Hace mucho tiempo cuando el mundo era aún joven, un
viejo lider espiritual lakota estaba en una montaña alta y tuvo
una visión. En esta visión, Iktomi -el gran maestro
bromista de la sabiduría- se le aparecía en forma de una
araña. Iktomi hablaba con él en un lenguaje secreto, que
solo los líderes espirituales de los lakotas sabían
entender. Mientras le hablaba, Iktomi -la araña- tomó un
trozo de rama del sauce más viejo. Le dio forma redonda y con
plumas, pelo de caballo, cuentas y adornos empezó a tejer una
telaraña.
Hablaron de los círculos de la vida, de como
empezamos la existencia como bebés y crecemos a la niñez
y después a la edad adulta, para llegar finalmente a la vejez,
cuando debemos volver a cuidar de los bebés, completando
así el círculo.
Pero Iktomi dijo -mientras continuaba tejiendo su red- "en
todo momento de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas.
Si te encuentras en las buenas, ellas te guiarán en la
dirección correcta. Pero si escuchas a las fuerzas malas, ellas
te lastimarán y te guiarán en la dirección
equivocada". Y continuó: Hay muchas fuerzas y diferentes
direcciones y pueden interferir con la armonía de la naturaleza.
También con el gran espíritu y sus maravillosas
enseñanzas."
Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo
su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro.
Cuando Iktomi terminó de hablar, le dio al anciano Lakota la red
y le dijo: "Mira la telaraña es un círculo perfecto, pero
en el centro hay un agujero, úsala para ayudarte a ti mismo y a
tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la
gente, sus sueños y sus visiones. Si crees en el Gran
Espíritu, la telaraña retendrá tus buenas ideas
que descenderán por las plumas hasta ti y las malas
desaparecerán al amanecer por el agujero".
El anciano Lakota, le pasó su visión a su
gente y ahora los indios usan el atrapasueños como la red de su
vida. Se cuelgan encima de las camas, en su casa para escudriñar
sus sueños y visiones. Lo bueno de los sueños queda
capturado en la telaraña de la vida y vive con ellos. Lo malo
escapa a través del agujero del centro y no será nunca
más parte de ellos.
Los atrapasueños o también llamados cazadores de
sueños, se denominaban "Bawaadjigan" en el lenguaje Ojibwe de
los sioux, quienes luego se dividieron en los sante (isanyati, los que
viven cerca de Knife Lake), dakota centrales y teton (lakotas).
Estas culturas sostenían la creencia de que los sueños
eran mensajes del mundo espirtual. De esta manera, el
atrapasueños funcionaba como un filtro de sueños y
visiones, que protegía contra las pesadillas. Los lakotas
particularmente, llegaron a creer que el atrapasueños sostiene
el destino de su futuro, y es propicio para la buena fortuna y la
armonía familiar, aparte de los buenos sueños.
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